Al pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad, propongo agregarle la alegría del espíritu. Vaya aquí mi humilde contribución.
sábado, 17 de septiembre de 2022
Qué distinta habría sido la historia si en vez de llamar nazis y fascistas a las hordas que asolaron al planeta (y amenazan con volver a hacerlo) los hubiéramos llamado pirulines, alfajorcitos de maicena o conitos de dulce de leche, ¿no?
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