Al pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad, propongo agregarle la alegría del espíritu. Vaya aquí mi humilde contribución.
lunes, 22 de diciembre de 2014
Bajo la persiana por unos días. Fiestas junto a la familia (a
cuatrocientos kilómetros de acá) y someras vacaciones después. Y a
prepararnos para el año que viene que promete ser de todo menos
aburrido. Cometan todos los abusos que estén en condiciones de cometer
con el único límite de no embromarse la salud. Les deseo todos esos
sentimientos encontrados que suelen traernos estas fechas. Esas risas
que desembocan en lágrimas. Esas lágrimas que se evaporan en risas. Esos
planes que se nutren de recuerdos. Esos recuerdos que se proyectan en
futuros imaginados, deseados y a veces temidos. Qué se yo. Todo eso,
ustedes saben. Nos vemos el año que viene!!!
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